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TODO QUEDA EN FAMILIA

Desde 1933, en los fértiles y semisecos valles del norte de Guanajuato, México, Don Pancho y su familia comenzaron con mucho empeño y trabajo el negocio de los productos lácteos.

 

El clima y los amplios pastizales favorecieron el crecimiento de un ganado saludable y de calidad que, con extremo cuidado, producía una de las mejores leches de la zona.

 

Con esta leche, y siempre con el cuidado de una familia entera, empezaron a producir quesos frescos y semimaduros de una calidad que, hasta entonces, no se había encontrado en el país.

 

Los tiempos cambiaron y la industria se fue perfeccionando. Aún hoy, décadas después, cada queso lleva en sí el sello y el empeño de la familia.

 

 

 

 

 

El día de hoy nuestros quesos se cuentan entre los mejores del mundo y todos son realizados con el mismo cariño con el que Don Pancho comenzó el sueño: 100% de leche, sin conservadores ni saborizantes artificiales.

 

Seguimos lanzando un reto a las grandes empresas que optan por incluir grasa vegetal, colorantes y saborizantes para vender queso de mala calidad, engañando y dando mala nutrición a las familias mexicanas.

 

Nosotros opinamos diferente. Creemos que tenemos una responsabilidad verdadera y por eso ofrecemos sólo quesos de la mejor calidad, bajos en grasas saturadas y libres de químicos añadidos; con calidad de exportación.

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